Entonces, la pobreza les sobrevino y esas mujeres que, antaño orgullosas portaban su diademas y coronas del noble steel, corrían el peligro de ser asaltadas por los bandidos que traficaban con objetos de plata. A lo largo del siglo XX la colección mapuche se ha ido incrementando en el número de piezas, siendo hoy una de las más importantes del país. El ñimin, donde el dibujo se logra agrupando hebras de la urdimbre en el proceso de tejido. El trarün, donde el diseño se logra tiñendo los hilos de la urdimbre antes de tejer, conocida internacionalmente como ikat. Dependiendo de la dificultad de la pieza, será el escalafón social de su autora, siendo el escalafón más alto la elaboración de un trarikan makuñ o manta de lonko.
Aunque se trata de una tradición precolombina, con la llegada de los españoles la textilería Mapuche vivió un proceso de mestizaje, que se expresó en la sustitución de pelo de camélidos por lana de oveja. Pero la técnica authentic de tejido, en witral o telar parado, se conserva hasta hoy. Se trata de piezas textiles cargadas de ñimin (dibujos o figuras), que guardan significados propios de su cosmovisión en manos de mujeres. El tejido es para la mujer Mapuche una forma de comunicación milenaria; el gran libro de su cultura. La tradición del arte textil mapuche permanece vigente porque expresa significados tradicionales y valores culturales fundamentales para el pueblo mapuche, que hoy día vive en las ciudades y en las comunidades rurales. Una prenda textil constituye un medio artístico imprescindible en la representación de la identidad étnica mapuche, porque forma parte de una poderosa red de relaciones sociales y simbólicas propias de esta cultura.
La artesanía, como una creación de raíz ancestral, cuyo oficio ha sido transmitido de generación en generación, es una importante manifestación de nuestra identidad cultural y parte de nuestro patrimonio. Históricamente en nuestro país, las técnicas y las materias primas utilizadas para la confección de las piezas artesanales, se han establecido de acuerdo a las características del medio geográfico en el cual se desenvuelven, de modo que están asociadas a espacios determinados. La contribución handbook en los productos artesanales es lo más significativo en el concepto de artesanía, pero también implica el dominio de un oficio técnico, el uso de herramientas especializadas y mecanismos complejos de producción. Las obras normalmente se confeccionan en un taller artesanal y son el fruto de una habilidad handbook orientada hacia un propósito utilitario y lucrativo. A diferencia del arte popular, la artesanía no es una actividad ocasional y desinteresada.
Collar Pillan
Cantaritos, gallinitas (domo achawall), gallos (alka achawall) y patitos (ketrumetawe), que algunos cultores también llaman tüful metawe por el singular sonido que emiten al borbotear el agua por su pico, tuf, tuf, tuf, tuf, tuf. Las artesanías nos enseñan soluciones tecnológicas que responden a principios científicos aplicados por el ser humano desde tiempos ancestrales. Cada tipo de Trari-Longko identifica a un territorio en específico; los valles, la cordillera, el mar, la pampa.
También destacan las pequeñas representaciones de figuras humanas llamadas kemu-kemu. Encuentra también talleres para instituciones culturales y educacionales, al igual que asesorías comunicacionales. Hace muchísimos años, los pueblos originarios o indígenas, crearon numerosas tecnologías usando elementos de la naturaleza como pelo de animales, plantas, barro o piedras.
La tradición textil mapuche se remonta a épocas precolombinas, como lo demuestra el sitio arqueológico de Alboyanco, en Angol (IX región), fechado aproximadamente en el año 1436 d.c. Este hallazgo demuestra que antes de la llegada del conquistador hispano, los grupos que habitaban esta zona realizaban tejidos con lana de camélidos teñida con colorantes de origen vegetal y mineral. Aunque el tejido sigue siendo un soporte para comprender la cosmovisión del pueblo Mapuche, son pocos los que saben leerlo. Utilizando lana de oveja, que obtienen de proveedores locales o esquilan e hilan ellas mismas, hoy, más bien, las tejedoras crean piezas comerciales; tejidos pensados en personas no Mapuche, en los que despliegan y mantienen viva su destreza, utilizando técnicas tradicionales que aprendieron siendo niñas.
Artesanía En Crin – Museo De Arte Y Artesanía De Linares
Cada eslabón calado es repetido múltiples veces, uniéndose unos a otros, representando la importancia de la colectividad por sobre la individualidad. De ella prenden colgantes discoidales en las que se inscriben símbolos de la naturaleza, plantas, aves y los seres que habitamos en ella. Adorno pectoral en forma de varios eslabones que terminan en una cruz, la que, al parecer, no es de influencia cristiana pues se la ve también en numerosos tejidos y objetos anteriores a la conquista. La mayoría de las piezas de orfebrería mapuche se encuentran en poder de coleccionistas particulares, casas de empeño, almaceneros y profesionales que las habían recibido como pago a los servicios prestados a los indígenas. Comienzan a utilizarse en Rari, crines de vaca y caballo para los tejidos, ya que la materia prima vegetal se habría agotado.
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Comerciantes y revendedores compran productos incluso para exportar al extranjero. Las tejedoras de chamantos incorporan a sus tejidos diseños de su entorno pure. En Talagante, aproximadamente a partir de esta fecha, doña María Toro comienza a trabajar cerámicas de temática vasiforme y figuras de animales. Las investigaciones de Memoria Chilena, Biblioteca Nacional de Chile (Servicio Nacional del Patrimonio) están bajo una Licencia Creative Commons Atribución-Compartir Igual 3.zero Unported, a excepción de sus objetos digitales. Además de sus tradicionales metawes (jarros simple con asa) y challas (una especie de olla de cuello estirado y dos asas como agarraderas), entre las representaciones zoomorfas más frecuentes se encuentra la gallina o domo achawall –domesticada por los Mapuche desde épocas prehispánicas– y el ketrumetawe o jarro pato. De esta antigua técnica aún prevalece una escasa pero valiosa herencia, que continúa desarrollándose en comunas como Padre Las Casas, en el corazón de la Región de La Araucanía.
Sus piezas más comunes son las de Ariki o rey Tuu-ko ihu, y el Moai Kava Kava, cuya principal característica son sus costillas sobresalientes. En el ecosistema mapuche, en cambio, la madera es una materia prima predominante. El raulí, el roble pellín, el coigüe y la araucaria son árboles con madera de gran calidad que ha sido utilizada por esta etnia desde antaño para manufacturar sus viviendas, objetos domésticos y ceremoniales. Las técnicas del tallado se han mantenido, aunque se han producido variaciones en los antiguos diseños. Es en los alrededores la localidad de Villarrica donde existe un gran número de artesanos mapuches que se dedica a este tipo de artesanía.
La posibilidad de criar sus propios animales, proveedores de una nueva materia prima, y la llegada de tinturas artificiales, provocaron un rápido aumento de la producción textil. Las prendas tejidas se constituyeron en artículos de intercambio y comercialización de gran importancia, tanto con los españoles como con los habitantes de las pampas argentinas. Los artesanos aymaras también confeccionaban joyas de plata como aros y zarcillos que eran ocupados por sus mujeres, pero desafortunadamente este oficio desapareció en la cultura aymara, ya que no fue transmitido por los artesanos a las posteriores generaciones.