Actualmente, los principales creadores oaxaqueños de filigranas se encuentran en la Sierra de Juárez, el Istmo de Tehuantepec y Oaxaca de Juárez. Los aretes y demás joyas de filigrana de oro forman parte de la vestimenta típica de gala de la mujer oaxaqueña, entre ellas el preciado traje de tehuana, símbolo artesanal del estado en México y el mundo. Los artesanos que elaboran estas hermosas piezas son parte de un verdadero linaje oaxaqueño, un linaje de cuchilleros que se remonta a la época colonial cuando los conquistadores trajeron sus avanzados métodos de manufactura a América y cuando la demanda de armas blancas y objetos cortantes period alta. La alfarería de Santa María Atzompa, una comunidad cercana a la ciudad de Oaxaca, es muy famosa por su losa vidriada verde.
Resguarda la imagen de San Martín de Tours, patrono de los soldados, tejedores y fabricantes textiles, muy venerado en el mundo. No dejes de visitar las ferias del Barro Negro, realizadas durante las festividades de Semana Santa, Guelaguetza (en julio) y en la época decembrina. Belleza y fuerza se unen en cada pieza de la inigualable cuchillería de Ocotlán, en cuyas poderosas hojas se adivina la intensidad del fuego y de la tradición que las ha forjado.
Este se caracteriza por sus diseños elaborados con la técnica del pastillaje y calado. Elaboran principalmente ollas, maceteros, cántaros, jarrones, cazuelas, jarros, chirmoleras, vajillas, juguetes y un sinfín de artículos de decoración. El barro se cuece una sola vez y luego se baña en barro verde, material que se vende ya preparado en la ciudad de Oaxaca, creando así la cerámica vidriada verde. Los alebrijes se popularizaron rápidamente y en muchos rincones de México los artesanos continuaron reproduciendo el legado de Pedro Linares.
El hojalatero también se encargaba de fabricar utensilios de cocina y artículos de uso doméstico en baños y duchas. La tradición de la hojalatería se ha mantenido y los corazones de hojalata, también conocidos como “milagros”, se han convertido en un producto icónico de este tipo de artesanía. Actualmente el taller también forja katanas y sables samuráis, para atender el creciente interés por las artes marciales orientales.Las piezas valen su precio por el tiempo de procesamiento.
El Colectivo Cultural “Coyoloapan” representado por Inés Enedina Hernández Santos y Elías Santos Ambrosio del municipio de Cuilapam de Guerrero en los Valles Centrales con hojalatería, fibras vegetales y plumaria. Este Colectivo de artesanos zapotecos conjunta una diversidad de expresiones artesanales que promueven el fortalecimiento histórico, cultural y artesanal del pueblo. Diana Laura dijo que el 70 por ciento de la población de mujeres de Juchitán se dedica a la elaboración de estos huipiles bordados que se venden en el mercado de Juchitán y en las casas de las artesanas.
Varios pueblos de Oaxaca se destacan por la elaboración de chales y otras piezas textiles, entre ellos Santo Tomás Jalieza y Villa de Mitla. El primero de estos pueblos es un pueblo del sur de los Valles Centrales, a 29 km de Oaxaca de Juárez. Están hechos en hermosos diseños que tienen elementos complicados dependiendo de las comunidades de las que provienen.
El origen de su obra no es un hecho fortuito, sino el resultado de uno de los episodios más duros de su vida. Como lamentablemente sucede con muchos artesanos mexicanos, a Don Pedro le resultó difícil mantenerse económicamente con su oficio. El proceso de creación de un alebrije inicia con la talla de madera de copal y concluye con la puesta de colour en pieza. El proceso inicia en la mina de algún cerro con la extracción del barro, que contrario a lo que podría pensarse, no es negro,… Los diseños de cada tapete están inspirados en la cosmovisión y elementos de la cultura zapoteca como las famosas grecas.
Un espejo se vería bien en tu casa o si no alguna pieza más pequeña que decore alguno de los muros. La indumentaria típica de la mujer oaxaqueña no está completa sin la típica joyería artesanal elaborada en los pequeños talleres de la ciudad de Oaxaca, del Istmo de Tehuantepec o de la Sierra de Juárez. Oscar Pablo Sosa Ortega del municipio San Martín Tilcajete en los Valles Centrales, con madera tallada y decorado de los distinguidos alebrijes elaborados en madera de copal. Todas inconfundibles por sus diseños y colores de gran originalidad que identifica a cada región. De Teotitlán del Valle, Mitla y Tlacolula, provienen las cobijas, jorongos, alfombras y tapetes. “Llevar el trabajo de Oaxaca a otros lugares es espectacular, porque ellos aprecian lo que somos y hacemos.
Este descubrimiento definió una de las principales líneas de trabajo de la cerámica mexicana, con piezas muy apreciadas con fines decorativos, ya que son más frágiles y no tienen ningún uso práctico en la cocina ni en el hogar. Las piezas son pulidas con piedras de cuarzo curvadas y manipuladas con objetos afilados para crear diseños únicos, que las convierten en artesanías de gran valor. El barrio Jalatlaco de la ciudad de Oaxaca ya period una comunidad indígena cuando llegaron los españoles.
El barro negro de San Bartolo Coyotepec, inconfundible por su coloración, completamente negra, con acabados brilloso y opaco, son imperdibles. Se producen artículos decorativos empleando la técnica de modelado a mano, pastillaje y calado. Se elaboran manteles bordados, deshilados y similares, productos de cuero, palma, carrizo, laminados, alfarería, cerámica, losetas; cuchillería, hojalata, joyas de oro y plata. El artesano Pedro de los Reyes Juárez señaló que en los primeros años los productos que se ofrecían “eran a hundred por ciento artesanía oaxaqueña, hecha con la mano de la gente que proviene de las diferentes comunidades del estado”. El empresario oaxaqueño añadió que la presencia del estado, a través de sus artesanías en la plataforma comercial no sólo será para facilitar la compra de productos, sino ayudarán a impulsar la creatividad, fortaleciendo la economía acquainted y de la comunidad.
En la costa y en los estuarios de los ríos que desembocan en el mar crecen cocoteros y plantas de fibra natural, que los artistas oaxaqueños utilizan para hacer hermosas artesanías y producir productos naturales. Una de las artesanías de la costa oaxaqueña desarrollada a partir del coco es la de la cosmética pure. Ollas, cacerolas, pichanchas, comales, batidoras, sartenes, vasijas, platos, fuentes, salseras y teteras, son parte de la lista de artículos con los que puedes embellecer tu cocina con piezas rojas artesanales. Durante la celebración de la Guelaguetza (dos lunes después del 16 de julio, día de la Virgen del Carmen) se realiza la Feria del Barro Rojo en el centro de San Marcos Tlapazola, una excelente oportunidad para ver una gran variedad de cerámicas y comprar a buenos precios. Otra artesanía hecha de madera son las máscaras, donde los animales son los principales protagonistas de estas piezas, sin embargo, también se pueden encontrar rostros de humanos.
Las diversas formas de las ramas de copal invitan a los artesanos a dejar volar su imaginación y, con la ayuda de machetes y cuchillos, dan vida a estas fantásticas figuras que combinan características de diferentes animales para formar criaturas tan monstruosas como fascinantes. Los alebrijes se encuentran entre las artesanías mexicanas más cautivadoras y entre las más valoradas por su originalidad y extravagancia. Estas coloridas figuras de animales con características fantásticas se pueden encontrar en mercados de artesanía, puestos callejeros y galerías de arte por igual. A pesar de su popularidad, los alebrijes no son tan antiguos como muchos creerían, de hecho, su origen es bastante peculiar y aquí te cuento un poco al respecto.