Agregó que, el convenio, para el cual la Compañía aportó más de $500 millones de pesos, también permitió que 14 marcas comerciales iniciaran su proceso de formalización ante la Superintendencia de Industria y Comercio. El reto a futuro es que alcancen el Sello de Calidad “Hecho a Mano”, otorgado por Artesanías de Colombia y el ICONTEC. Allí, los hombres se encargan de la construcción de viviendas, a las reparaciones y a mejorar las enramadas. También se dedican al pastoreo y cuidados de chivos y cabras, además de comercializar artesanías en los mercados. Están al tanto de las tareas del hogar, del bienestar de los suyos y custodiar, hasta el último momento, ese arraigo por las tradiciones que caracterizan al pueblo wayuu.
Agregó que de esta manera, “desde Artesanías de Colombia, la estrategia de transmisión de saberes ancestrales abarca el fortalecimiento técnico y cultural, que son dos ejes importantes en la actividad artesanal del pueblo wayuu”. “Del programa aprendí que hay personas que realmente valoran nuestros productos; personas que nos felicitan por tan hermosas y bellas artesanías, y que se sorprenden al saber que fueron elaboradas por medio de las manos de una mujer wayuu. Esas personas le dan sentido a nuestro trabajo”, manifestó Euskari Ipuana, artesana beneficiada y quien participó en Expoartesanías. Estos hermosos Bolsos Wayuu one hundred pc originales, son elaborados por el pueblo Guajiro y distribuidos por bolsoswayuu.com.co, aquí puedes ver todas las mochilas wayuu que tenemos para tí.
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Es de la alta Guajira, pero desde hace 9 años vive en el barrio eight de enero, de Fonseca, con su hija y cuatro nietos. Cuenta que sabe tejer desde los eight años y lo aprendió de las manos de su abuela. En su humilde casa tiene un telar donde teje los chinchorros, mientras su hija y nieta adelantan las mochilas que luego son ofrecidas en las calles de Fonseca. “Por más que me esfuerce en la venta y en mi trabajo, esto no me da para el sustento de mi hogar.
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El tejido para el pueblo wuayúu es más que una práctica cultural y herencia de sus ancestros, es una forma de concebir y expresar la vida tal como la sienten y la desean. La observación de sus innumerables tejidos les permite leer el espíritu que guía su acción y pensamiento. En su mayoría, se dedican a la cría de ovejas y chivos, y a la siembra de maíz; también a la fabricación instrumentos, como tambores, y de alpargatas hechas de viejos neumáticos. La mujer wayúu se dedica al tejido de chinchorros o hamacas para dormir, las cuales pueden llevar grabado algún nombre ya sea de un clan o una familia wayúu a la que pertenezca. También están los susu o carteras para damas con dibujos de distintos significados y mantas de colores que resaltan la belleza wayúu.Con el paso de los años, se ha venido desarrollando un gran intercambio comercial en la parroquia entre los wayúu y el mercado de ‘Los Filuos’, a 30 Km de Sinamaica.
El trayecto que Carmen y su hija hacen para vender sus artesanías va desde las vías principales de Fonseca hasta corregimientos más lejanos como Conejo, a 20 minutos; y el Hatico, a 5 minutos, y por el que pagan 20 mil pesos en ida y vuelta. Por su parte, Carlos García, turista comentó a este medio que esta alianza es otra forma de dar a conocer el arte de los pueblos indígenas. Por su parte, Elizabeth Pírela, docente universitaria, manifestó que las alianzas son estrategias para promocionar un arte pero que se debe tener presente qué está ganando realmente el pueblo Wayúu y qué están a perdiendo. Así como también, añadió que cada artículo que lleve estos tejidos debería tener el nombre de la mujer indígena que lo diseño. Ediht lamenta que en los últimos años la economía propia de los wayúu esté cayendo. “Los alijunas abren sus comercios y ponen a la venta lo que es nuestra cultura y hay otras personas que no valoran nuestras artesanías porque solo les importa que sea más barata y no lo que significa para nosotros”, agrega.
Cuando se rompe esa cadena de la técnica, ese valor artesanal y cuando la comunidad no se siente identificada ni representada se puede hablar de apropiación cultural”, agrega. Maber afirma que sería necesario impulsar un mercado wayúu donde se pueda acceder al comercio propio y no con intermediarios. “Actualmente no hay un mercado local, eso requiere de gestiones o apoyo institucional native, pero eso no existe.
Cada producto está confeccionado a un sólo hilo, “lo que les da una consistencia más fuerte, compacta y sin nudos; con esta técnica cada tejedora puede tardar entre 20 días y un mes en la construcción de una sola pieza”, señalaron en un comunicado. Se trata de una alianza del trabajo hecho a mano con la producción industrial. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información. Para ellos, en especial para las mujeres, esta actividad simboliza algo más allá que una fuente de ingresos o sustento económico. Está relacionada con la esencia y la visión de la mujer wayuu y su descendencia.